El metal extremo es un término utilizado para englobar los
subgéneros de heavy metal más agresivos. Aunque no se refiere a un género
musical específico, incluye a muchos de los subgéneros del metal creados en la
década de los 80. Aunque no es muy conocido por la corriente principal del
mercado musical, ha influido en muchos otros subgéneros y ha ocasionado la
proliferación de modas y subculturas.
Las canciones de este género suelen ser más potentes,
abrasivas y agresivas que el rock. La voz en sus canciones es uno de los
elementos más característicos, variando entre los chillidos hasta los gruñidos
guturales, pasando por las voces limpias. El tempo del metal extremo suele ser
inusual, y va desde la rapidez del thrash y el death metal hasta la lentitud
extrema del doom metal. Sin embargo, la característica principal de este género
es la distorsión de las guitarras. Este instrumento suele estar afinado de modo
más grave de lo normal, y a menudo se emplean guitarras de siete cuerdas, en
lugar de seis. Los solos pierden importancia en este género, puesto que tiende
a valorarse más el riff.
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